Dentro del Parque Nacional del Krka, se encuentran las Cascadas del Krka, quizás algo menos impresionantes que sus hermanas mayores, las de los Lagos de Plitvice, pero igualmente maravillosas, y con la ventaja de que, al menos durante los meses de verano, pueden ser disfrutadas con un refrescante chapuzón.
Para llegar hasta las Cascadas del Krka, tendremos que irnos cerca de la ciudad de Sibenik, y más concretamente al pueblo de Skradin, desde donde podremos ir hasta la misma entrada del parque nacional utilizando un ferry que nos llevará río arriba o la opción que nosotros recomendamos, un cómodo sendero de unos 3 kms aprox. que discurre plácidamente por el margen derecho del río Krka.
Tras abonar el correspondiente pago, enseguida tendremos acceso a las cascadas principales, y sin duda las más fotogénicas y fotografiadas a partes iguales, con unos espectaculares colores entre esmeralda y turquesa, según tengamos el cielo cubierto o despejado.
Después de un buen rato que se nos pasará volando y disfrutando de semejante regalo para los sentidos, nos habremos quedado con ganas de más. Por suerte podremos darnos un bonito paseo, a través de varios puentes y pasarelas de madera, que nos dará otra perspectiva del río Krka y, en general, de todo el parque nacional, repleto de una vegetación totalmente exuberante.
Para más información, como el horario de apertura y cierre, o el precio de la entrada según la temporada, y ante posibles cambios, recomendamos la visita/consulta de la web oficial, en inglés eso sí: Krka National Park
Para llegar hasta las Cascadas del Krka, tendremos que irnos cerca de la ciudad de Sibenik, y más concretamente al pueblo de Skradin, desde donde podremos ir hasta la misma entrada del parque nacional utilizando un ferry que nos llevará río arriba o la opción que nosotros recomendamos, un cómodo sendero de unos 3 kms aprox. que discurre plácidamente por el margen derecho del río Krka.
Tras abonar el correspondiente pago, enseguida tendremos acceso a las cascadas principales, y sin duda las más fotogénicas y fotografiadas a partes iguales, con unos espectaculares colores entre esmeralda y turquesa, según tengamos el cielo cubierto o despejado.
Después de un buen rato que se nos pasará volando y disfrutando de semejante regalo para los sentidos, nos habremos quedado con ganas de más. Por suerte podremos darnos un bonito paseo, a través de varios puentes y pasarelas de madera, que nos dará otra perspectiva del río Krka y, en general, de todo el parque nacional, repleto de una vegetación totalmente exuberante.
Para más información, como el horario de apertura y cierre, o el precio de la entrada según la temporada, y ante posibles cambios, recomendamos la visita/consulta de la web oficial, en inglés eso sí: Krka National Park
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Un sitio increíble que desde que lo vi pasó a mi lista de lugares pendientes de ir. Ojalá y pueda verlo más pronto que tarde. Saludos.
ResponderEliminarToni, cuando vayas te recomiendo que visites un pueblito llamado Rovinj, en la península de Istria.
EliminarGracias por la información Fran. Lo tendré en cuenta. Saludos.
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado! Y no te dejes ir, que se te acumula el trabajo: Croacia, Islandia... ;o)
ResponderEliminarEl parque es precioso, pero yo que estuve allí, sigo pensando que con la visita del sol hubiese sido doblemente maravilloso.
ResponderEliminarSin duda alguna, el sol siempre ayuda con las vistas, las fotos y hasta el buen humor... :P
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