Bajo el intenso verde de las colinas de
Waitomo, en el oeste de la isla norte de
Nueva Zelanda, existe un inmenso laberinto de cuevas, simas y ríos subtárreneos decorado por todo tipo de estalagtitas y estalagmitas y mágicamente habitado e iluminado por infinitas luciérnagas o
glowworms (en inglés) que nos harán sentir como si estuviésemos bajo el cielo más estrellado que jamás hayamos podido siquiera imaginar.
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Vista del rápel de 100 metros desde un lateral |
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Foto de grupo con la entrada al fondo |
Existen diferentes opciones para visitar y conocer algunos de los secretos mejor guardados de las
Cuevas de Waitomo, ya sea caminando, navegando, en barca y hasta en donuts, nadando, rapelando o escalando. Nosotros elegimos la que sin duda consideramos la mejor opción de aventura:
Lost World Epic (algo así como el
Mundo Perdido en su versión
Épica, ahí es nada) de la empresa
Waitomo Adventures.
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Mirando hacia abajo en el rápel de 100 metros |
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Mirando hacia arriba en el rápel de 100 metros |
Como pueden leer en los enlaces, entre otros grandes momentos nos prometen lo siguiente:
- El rápel volado de 100 metros te sorprenderá, pero sólo será el principio.
- El techo estará entre 50 y 80 metros sobre ti.
- Verás ostras fósiles gigantes y huesos de ballena.
- Tendrás un montón de diversión y desafíos opcionales: saltos al agua y escaladas.
- Disfrutarás de una exhibición de luciérnagas absolutamente fantástica.
- Se incluye un almuerzo durante la actividad y una barbacoa final.
- Si viniste a Nueva Zelanda buscando aventura, ésta no te la debes perder, es la mejor!
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Inicio del rápel de 100 metros |
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Señalando la entrada |
Afortunadamente, nosotros podemos dar buena fe de todo ello, y más!
"Llegas nervioso a la empresa, te espera un día inolvidable y lo sabes. Rellenas tus datos, médicos entre otros, pues nunca se sabe. Conoces a los guías, muy simpáticos. Metes todo en la furgo y a por esas cuevas. Te equipas con todo: neopreno, botas, arnés y casco. Caminata por el bosque hasta el punto de entrada.
El famoso rápel volado de 100 metros será de los mejores de tu vida, por muchísimos que hayas hecho. El suelo está lejísimos y las paredes también, es casi como si rapelases desde el cielo. La cueva es impresionante, desde el minuto cero.
Conocemos a nuestras amigas las anguilas que casi sin poder verlas nos acompañarán todo el camino. Entre otros, disfrutamos del mejor muesli de nuestras vidas. El juego de luces, pues todavía entra algo desde allá arriba, le da un toque místico y misterioso.
Nos quedamos con la boca abierta durante un buen rato, flipando con las primeras luciérnagas. Más adelante ya fue imposible volver a cerrarla hasta casi el final del día. Pura magia.
Poco a poco te vas abriendo paso a la largo de toda la cueva, con algún que otro salto al agua, trepadas, un divertido sifón y una escalada emergiendo desde las aguas. La salida también es impresionante, desde que empiezas a ver la luz hasta que la selva te envuelve nuevamente.
Por si fuera poco, la barbacoa final es apoteósica. Y no puedo olvidarme de la delicia que supuso la visita de varios divertidos fantails (en inglés), revoloteándonos y cantando durante un buen rato."
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Glowworms |
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Abertura de salida |
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Garrapateando |
Nueva Zelanda es sin duda un país espectacular donde podrás deleitarte con una muy buena muestra de casi cualquier maravilla de la naturaleza que se te pueda ocurrir: flora, fauna, bosques, ríos, lagos, montañas, cascadas, cuevas, playas, glaciares, fiordos... Y si te gusta la aventura, las posibilidades que te ofrece son tan impresionantes como incontables, pero las
Cuevas de Waitomo estarán siempre entre las 5 mejores experiencias de casi todo el que las haya visitado.
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Observando el firmamento de glowworms |
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Una auténtica selva a la salida |
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